La polémica está servida. El uso obligatorio y, por lo tanto, prolongado de la mascarilla está dando lugar a una serie de comentarios sobre su incidencia en nuestra salud bucal, como el mal aliento. En esta entrada queremos dejar claro cuál es nuestra opinión profesional sobre el tema.
¿Cuál es la función de las mascarillas?
En principio, no es más que una barrera física con un doble objetivo: por un lado, impedir que las partículas procedentes de nuestros estornudos o de nuestra tos alcancen a otras personas y, por otro lado, evitar que nosotros mismos respiremos las excreciones ajenas.
¿Qué mascarillas usamos?
Quizás en este tema podamos encontrar alguna respuesta interesante. Las conocidas como “mascarillas quirúrgicas” están confeccionadas con tejido inodoro; otra cosa, es la diversidad de modelos de cuyo material desconocemos su composición (tanto adquiridas como caseras), lo que puede provocar que los olores aparezcan o se intensifiquen, máxime si tenemos en cuenta los productos con los que las desinfectamos o lavamos.
¿A qué se debe el mal olor que sentimos?
Es evidente que la combinación de productos desinfectantes o de lavado pueden transferir olores a nuestras mascarillas pero esa no es la cuestión.
El problema radica en que las bacterias que producen el mal aliento son anaerobias; es decir, que se reproducen y se potencian cuanto menos oxígeno existe. Dicho esto, es fácil entender que una mascarilla que nos tapa nariz y boca provoca que el aire fluya menos y la cantidad de oxígeno disminuya considerablemente.
Por otro lado, al hablar con la mascarilla los restos de saliva quedan impregnados en la misma y, al secarse, también provocan olores.
No obstante, la mascarilla no es la causante del mal olor que sentimos sino el uso prolongado de la misma más allá de las recomendaciones de los distintos fabricantes; así, por ejemplo, una mascarilla de tipo quirúrgico tiene una vida útil no más de cinco horas, por lo que sobrepasar estas indicaciones provoca saturación y deja de filtrar de forma eficiente, lo que conlleva lógicamente a que aparezcan olores desagradables. Las conocidas como FFP2 suelen mantener su efecto unas 24 horas.
Pero si tenemos que nominar el mayor causante del mal olor es la “halitosis” (mal aliento).
Mascarillas vs Halitosis
Como profesionales de nuestra clínica dental en Sevilla Dr. Calvo desvelamos a continuación cómo se produce la halitosis y cómo evitarla.
Vamos a centrarnos, exclusivamente, en su relación con el uso de la mascarilla.
Según las estadísticas, aproximadamente un 30% de la población adulta sufre de halitosis; lo que sucede es que la implantación de la mascarilla está llevando a que muchas personas descubran y sean conscientes, ahora, que la padecen; es decir, las mascarillas nos están sirviendo para detectar que sufrimos, seguramente, un problema de higiene y salud dental; aunque no hay que desechar otros orígenes como la diabetes, problemas renales y gástricos o el tabaco.
No obstante, el 90% de los causas del mal aliento es una mala higiene dental, producido por unas bacterias alojadas en la zona posterior de la lengua que producen deshechos malolientes como resultado de la fermentación bacteriana de proteínas y aminoácidos de la saliva, de la sangre y de los restos de alimentos alojados en dientes, encías y lengua.
¿Cómo prevenir el mal aliento?
Como profesionales odontólogos lo tenemos bastante claro, combatir las causas que lo producen:
- En primer lugar, por supuesto, llevar a cabo una correcta higiene bucodental.
- Mantener la boca hidratada ya que la sequedad provoca no sólo el mal aliento sino que también potencia enfermedades periodontales.
- Controlar las posibles infecciones bucales ya que también lo originan.
- Es difícil, pero el tabaco es muy mal compañero para nuestra salud bucal.
- No abusar del café o del alcohol, así como de alimentos azucarados.
- Cuidado con las dietas bajas en hidratos o de alto contenido en grasas
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¿Qué hacer si tengo mal aliento?
Desde nuestra clínica dental Dr. Calvo, insistimos en que si detectas que tu mal aliento es prolongado y que no se debe a la ingesta puntual de ciertos alimentos que lo producen, debes visitarnos para establecer cuál o cuáles son las causas que lo producen y ofrecerte una solución. Posiblemente, con una simple limpieza bucal y una adecuada higiene dental el problema quede resuelto.
De todas formas, la mejor forma de combatir la halitosis es dedicar mayor tiempo al cepillado de nuestra boca, con enjuages bucales tres veces al día y, por supuesto, con las revisiones que desde nuestra clínica te planteemos si precisas de un proceso específico, como pudiera ser, por ejemplo, un tratamiento de las encías.
Consejos para el mal aliento
- Sigue las indicaciones de uso del fabricante de mascarillas, sobre todo, la referente a su vida útil.
- El uso del chicle provocará una mayor salivación pero es un remedio de efecto breve; no va a curarnos el mal aliento, simplemente lo disfrazamos con otro. No es una solución terapéutica. Su abuso puede conllevar también a causarnos gastritis ya que, al salivar, nuestro estómago fabrica ácidos porque cree que va a obtener alimento y, al final, acabará produciendo mal olor de boca.
- No te obsesiones con productos comerciales milagrosos e interésate por descubrir la causa que provoca ese mal olor de tu cavidad bucal.
- La higiene dental nocturna puede ser la más importante ya que, al dormir, producimos una menor cantidad de saliva; así que no te saltes la cita con tu boca antes de ir a dormir.
Por último, en nuestra clínica dental en Sevilla Dr.Calvo, sabremos orientarte a qué profesional debes acudir si las causas de tu mal aliento no proceden de tu boca. Existen otras patologías que también producen halitosis y que deben ser tratadas por otros especialistas. No dudes en consultarnos porque vamos a ayudarte.
Y como siempre, los profesionales dentistas Dr.Calvo estamos a tu disposición aplicando todas las medidas de seguridad que exige esta crisis.
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Recuerda:
No dudes en contactar con nosotros para cualquier problema de salud dental. En nuestra clínica dental en Sevilla, te orientaremos y sabremos ofrecerte, como siempre, la mejor solución a tu problema.
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